Para la gran festividad se requiere meses de anticipación donde se realizaron reuniones con el sacerdote Diego Tanicuchi, los priostes y el Grupo de Señoras “Señor de la Santa Escuela”, con el objetivo de definir el cronograma de fiestas que incluía el pregón, la visita de la santa imagen por las diferentes parroquias del cantón y barrios de la parroquia de Machachi, la novena y finalmente el día de fiesta.
Coloquialmente se dice que “sin música no hay fiesta”. Los priostes contrataron la irremplazable banda de pueblo, para la noche encendieron los juegos pirotécnicos, con la única intensión de regalarle a Machachi una fiesta de fe que mantenga el estilo, esencia y tradición como todos los años. La juventud no puede faltar, porque serán los próximos en continuar con el legado de las fiestas por Semana Santa. Los estudiantes de las unidades educativas Mariano Negrete, Santa Luisa de Marillac, Colegio Genoveva German y el Colegio Militar Elia Liut, que junto a otras delegaciones, grupos pastorales, familia y amigos, con quienes llevaron a cabo una hermosa procesión por la Av. Amazonas. Además, se contó con la presencia del obispo de la Arquidiócesis de Quito, Monseñor Alfredo José Espinoza, quien además celebró la eucaristía.
Cabe recalcar también, el sentimiento de agradecimiento con el padre Dennis Yanangomez, párroco de Aloasí, que permitió la presencia de la sagrada imagen de Nuestra Señora de los Dolores no solamente como madre de Jesús sino también como patrona del cantón. No podemos dejar de lado la importancia de los con-celebrantes entre ellos: el párroco, ex sacerdotes de la comunidad, diáconos y seminaristas.
Los priostes entregaron como recuerdo las iluminarias de la iglesia, túnicas para el Señor de la Santa Escuela, manteles para el altar y recuerdos para la comunidad católica y fiel seguidora del patrono de la santa iglesia.
La familia Quiña Tunala resalta la importancia de enseñar desde pequeños a ir a la Iglesia, los hijos observan todo el tiempo; observan como reaccionamos ante los problemas, observan que hacemos ante las dificultades y se dan cuenta cuando ponemos a Dios al frente de la vida y le sedemos nuestro tiempo. Es fundamental que seamos congruentes para que nuestros hijos vivan la Fe.