Nació el 24 de septiembre de 1933 en la parroquia de Aloasí, Provincia de Pichincha, Cantón Mejía. En la actualidad tiene 90 años. Es hija de José Cruz y Mercedes Suárez. Se casó a la edad de 26 años con Víctor Manuel Campaña y procreó cinco hijos. Ha vivido siempre en la ciudad de Machachi.
Su vocación por ser maestra empezó en la Escuela “Santa Luisa de Marillac”, inspirada por una de sus maestras, Sor Josefina Romero, a quien recuerda por ser humana, bondadosa y responsable. Terminó sus estudios primarios en la Escuela “Isabel Yánez” y sus estudios secundarios en la Provincia de Imbabura, en el Normal de San Pablo de Lago. Se graduó a la edad de 16 años y su primer trabajo lo realizó en la ciudad de Macas, en el Oriente ecuatoriano, durante un año escolar en la escuela “Eloy Alfaro” como maestra de tercer grado. Como dato anecdótico, su madre la acompañó el primer día de clases y, al verla tan joven, pensaban que su madre era la maestra.
Posteriormente, fue fundadora de la Escuela “Luz Emilia Saá” en el Cantón Mejía, parroquia El Chaupi. Luego fue directora y profesora en la escuela municipal “García Moreno” del barrio La Avanzada. También fue directora y profesora de la escuela “San José de Tucuso”. Finalmente, prestó sus servicios como profesora durante tres años en la escuela “Luis Felipe Borja” de la ciudad de Machachi. En esta institución ganó el concurso de directora, cargo que desempeñó con liderazgo durante 30 años. Siempre inquieta por el bienestar y comodidad de sus alumnos y, al contar con un excesivo número de niños matriculados, realizó diversas gestiones y consiguió la compra de un terreno de 9000 metros cuadrados, con dinero donado por el Municipio de Mejía, para la construcción y ampliación de la nueva escuela. En ese terreno construyó dos bloques de aulas con la ayuda del Consejo Provincial de Pichincha, lo que mejoró la infraestructura y la óptima atención de sus educandos. Además, realizó trámites permanentes para conseguir donaciones de material didáctico, recursos económicos, materiales y alimentos.
Durante sus 44 años de vida profesional siempre contó con la ayuda y reconocimiento por su eficaz, eficiente y efectiva labor por parte de autoridades, medios de comunicación y, especialmente, el apoyo de compañeros docentes y padres de familia. Siempre veló por el progreso de su ciudad, donde participó en varios proyectos como la formación de la Cruz Roja. Formó parte del grupo Pro Biblioteca y Pro Templo, en donde se recaudaron fondos para su reconstrucción.
Con su vida deja un gran legado: haber formado a sus hijos y familia como ciudadanos de bien y haber educado a muchas generaciones con amor y pasión.