Autor: Caiza de la Cueva Francisco, Ph.D.
Introducción
La economía en el cantón Mejía se caracteriza por hacer uso de la mano de obra familiar, las tierras son de propiedad privada y su principal fuente de ingreso proviene de la ganadería de leche, actividad esencial para la seguridad alimentaria, la nutrición y el mantenimiento de los ecosistemas. La actividad ganadera y las superficies de pastos proveen un amplio abanico de servicios eco-sistémicos, como el secuestro de carbono, retención de agua y recarga de acuíferos, lucha frente a la erosión, prevención de incendios y conservación de la biodiversidad. Durante los meses del confinamiento por la pandemia de COVID-19 del año 2020 se observó una disminución significativa en la contaminación del ambiente, mientras que la actividad ganadera continuó sin pausa, lo que permitió mantener el abastecimiento de alimentos la población (Callejo, 2021).
El desarrollo sostenible de la ganadería de leche es una opción para fortalecer el desarrollo económico sostenible de la región. El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras. Es un proceso de transformación de la unidad productiva, con el uso racional del capital humano, el suelo, la naturaleza y patrimonio cultural, con lo que se pretende mejorar la calidad de vida de sus habitantes, promoviendo beneficios sociales y económicos perdurables (Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo, 1980, como se citó en Swaby, et al. 2020. El desarrollo económico es un proceso de concertación entre los gobiernos locales, la comunidad y la empresa pública y privada. Se encuentra asociado a la relación Beneficio/Costo, y se prevé que los beneficios obtenidos del producto excedan a los costos de la actividad productiva, este componente destaca la necesidad de predecir la disponibilidad del producto y la demanda del mercado (Swaby, et al. 2020).
Los factores que determinan el desarrollo económico sostenible son: los recursos naturales, los recursos humanos y socioculturales, y los recursos políticos.
Marco Teórico
Los recursos naturales están relacionados con los factores bióticos y abióticos que se encuentran en una extensión territorial y que con la capacidad humana y el uso de tecnologías se obtiene un beneficio. Las prácticas aplicadas deben evitar la degradación y la pérdida de valor del paisaje-territorio, prevenir o reducir la erosión del suelo, el aumento del rendimiento en vigilancia con la vocación real y la incorporación de sistemas productivos que balanceen los requerimientos y beneficios sin sobrepasar la carga del ecosistema que los resiste (GADCM, 2020a).
En cuanto a los recursos humanos y socioculturales, el hombre y las sociedades juegan un rol importante dentro del desarrollo económico sostenible, se basa en el respeto, capacidades y destrezas para cumplir y hacer cumplir las normas, estructuras y prácticas sociales y culturales, así como de tradiciones, creencias y sistemas de valores y ética. Dicha capacidad se obtiene cuando los individuos, las familias y los pueblos tienen acceso a una gama de servicios sociales como la salud, educación, vivienda, empleo, entre otros que elevan su calidad de vida (GADCM, 2020a).
En cuanto al recurso político, para que el desarrollo económico sostenible sea una alternativa viable es necesario el respaldo político de las autoridades gubernamentales, regionales y locales, orientados a promover incentivos para la reducción del impacto ambiental. Por lo cual se establece como base institucional el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT), así como el Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) con el fin de articular armónicamente el crecimiento económico, social y tecnológico, con la preservación del medio ambiente y la diversidad (GADCM, 2020a y GADCM, 2020b).
Los conceptos sobre el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial consideran los espacios locales-comunales como elementos fundamentales dentro de la configuración, que permiten emerger procesos para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Desde perspectivas integrales que parten del cambio estructural de la economía y las instituciones vigentes el resultado esperado es la consecución de un mayor nivel de desarrollo humano y una ampliación de la capacidad y la libertad de las personas (Schejtman y Berdegué, 2004, como se citó en Vargas y Monge, 2021).
Sin embargo, la sociedad civil está ausente en los procesos de toma de decisiones de las políticas para la conducción de su desarrollo, por lo que es necesario propiciar la organización de la sociedad y promover la participación ciudadana en estos procesos. Sin embargo, es difícil hablar de un desarrollo económico local que promueva un crecimiento sustentable y sostenible cuando aún la estructura económica del Cantón Mejía es incipiente y las debilidades se enmarcan en torno a la baja productividad y a la inadecuada utilización de los recursos disponibles en el territorio (GADCM, 2020a).
Aspecto Sociológico
La ganadería de leche tiene efectos complejos y desiguales en la sociedad. Los impactos varían según el marco disciplinario y la escala de análisis (Clay, Garnett and Lorimer 2020).
Proporciona más empleo por unidad de producción en los países en desarrollo que en los países desarrollados. Esto se debe a que los países desarrollados emplean tecnología por ello reducen el uso de mano de obra. Con los ingresos económicos obtenidos por la comercialización de la leche y sus derivados, se reinvierte en tecnología, equipos de última generación, capacitación permanente, y asesoramiento técnico, además de bienes y servicios que mejoran la calidad y estilo de vida como: alimentación, educación, salud, energía eléctrica, internet, telefonía, entre otros (FAO, s.f.).
La calidad de vida o la sensación de bienestar de los ganaderos está determinada por las relaciones sociales y técnicas dentro de la producción y, por lo tanto, por la sostenibilidad social.
La ganadería bovina, la empleabilidad y la equidad de género
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al trabajo como el conjunto de actividades humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. Empleo digno significa contar con una ocupación productiva en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. (OIT, 2020, como se citó en GADCM, 2020a). En el cantón Mejía solo el 58,6% de la población ocupada tenía un empleo adecuado (INEC, 2019). Dentro de la clasificación de empleo adecuado se considera aquellos individuos que perciben ingresos acordes a su actividad y no menores al salario básico, por 40 horas a la semana y cuentan con seguridad social.
En el cantón Mejía, el sector agropecuario es uno de los grandes empleadores y concentra la mayor cantidad de PEA. El uso de suelo, muestra que, la mayor extensión de tierras cultivadas, corresponden a pasturas, 34.944,43 ha (81,5%) lo que evidencia la importancia de la producción lechera y ganadera en el territorio, desde el 2015 se observa un incremento de cabezas de ganado llegando a más de 45.000 vacas. El incremento de la producción se debe no solo al incremento de ganado sino también a la mejor calidad de pasto que tiene ahora la región. El principal producto es la leche, la industria lechera a nivel nacional abarca a cerca de 300.000 productores, principalmente pequeños y entre empleos directos e indirectos a lo largo de toda la cadena genera cerca de 1.500.000 plazas (Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente, 2020). Según el Censo Agropecuario del 2000, el cantón Mejía produce 220.666 lt/día de leche, lo que representa como el mayor productor en la provincia de Pichincha, La producción de la leche se destina al mercado formal (50%), informal (30%) y el restante se queda en finca para autoconsumo (20%). Según la OIT los trabajos agrícolas por naturaleza requieren de un gran esfuerzo físico, los riesgos ocupacionales son mayores, y la exposición al deterioro de la salud es aún más preocupante (Rodríguez, 2020, como se citó en GADCM, 2020a).
Desde un análisis de equidad de género, se refleja la tendencia donde la asignación de empleos está dada de acuerdo con el sexo. La división sexual del trabajo, enmarcada en el hombre como proveedor del hogar, y la mujer a los cuidados del mismo, marca la diferencia de las brechas salariales, donde el 62% de la población asalariada corresponde al sexo masculino y apenas el 32% al femenino. Esto también deja como resultado que el porcentaje de no aportación al Seguro Social en el Cantón es mayor en el caso de las mujeres. La inclusión social, es un proceso de empoderamiento de las personas en la sociedad. Crea condiciones para que las personas vulnerables puedan gozar por igual del acceso a los servicios de mercados, espacios públicos, productividad, educación, empleo, segmentación laboral, las cuales resultan ser las principales fuentes de inequidad (OEA, como se citó en GADCM, 2020a).
En el caso del trabajo agrícola, la actividad es realizada casi en un mismo porcentaje de hombres y mujeres. Las economías agrarias de América Latina y el Caribe muestran cierta homogeneidad en la división sexual del trabajo, las necesidades de producción o mano de obra (FAO, 2009). La ganadería de leche en la parroquia de Machachi en la actualidad no es función específica del hombre, tanto hombres como mujeres tienen acceso al desarrollo de las aptitudes en la producción y a los recursos productivos como la tierra, el agua y los créditos (FAO, 2009). Así mismo, las mujeres desempeñan un papel importante en la producción lechera, especialmente en las áreas relacionadas con la actividad administrativa, financiera, comercial, técnica relacionadas con la ganadería de leche. Esta situación permite una apertura hacia un futuro más equitativo.
La ganadería bovina y los modos de vida rural en la parroquia de Machachí.
La ganadería de leche se desarrolla bajo los términos de sistemas de producción, el biólogo alemán Ludwing von Bertalanffy (1950), lo define como “el conjunto de recursos, humanos, naturales, financieros y tecnológicos, organizados desde el punto de vista normativo y metodológico para desarrollar las funciones necesarias con el fin de lograr el objetivo propuesto”. Es decir, un sistema es un conjunto de componentes que funcionan e interrelacionan para lograr un propósito, tiene límites específicos, posee entradas y salidas, reacciona como un todo ante los estímulos externos (Pereira et al.,2011).
En relación con la acumulación de capital, Archetti y Stolen (1975) fueron los primeros en identificar dos estructuras socioeconómicas la primera de campesino pequeño productor o ganadería familiar, y la segunda, capitalistas conformadas por empresas de agronegocios.
La ganadería familiar tiene un rol central en la producción y las dinámicas territoriales, sus estrategias están centradas en el protagonismo de la fuerza de trabajo familiar y básicamente la producción es destinada al autoconsumo (Rossi Rodríguez, Filardo y Chia, 2019). Ribeiro (2009) caracteriza el modo de vida de estos productores mediante tres estrategias productivas: a) alimentan al ganado con pasto natural; b) utilización nula o reducida de insumos externos; c) visión del ganado como caja de ahorro. Las empresas de agronegocio se caracterizan por la adquisición de paquetes tecnológicos, de gestión, el trabajo asalariado y la tenencia de tierras (Rossi Rodríguez, Filardo y Chia, 2019).
Los sistemas de producción en el Ecuador, están relacionados con el tamaño de la explotación (pequeños < 5ha, medianos de 5 a 25ha y grandes productores > a 25ha) y el manejo tecnológico (estabulado o intensivo, semi-estabulado o semi-intensivo, al pastoreo libre o extensivo) (Haro Oñate, 2003).
Según la Asociación de Ganaderos de la Sierra y el Oriente (AGSO), en Ecuador aproximadamente 3,5 millones de hectáreas se dedican a la producción de leche. Existen 300 mil unidades productivas de leche de las cuales la gran mayoría son medianos y pequeños productores. Por el tamaño la mayoría de propiedades es de menos de 100 hectáreas, en los cuales se produce el 65% de la leche; además, la producción de la leche es una actividad que depende mucho de la población campesina, que es la que genera producción y empleo, especialmente de tipo familiar (Grijalva Cobo, 2011, citado por Alvarado Morales, 2016).
De acuerdo al tamaño de la explotación la provincia de Pichincha tiene 41418 pequeños productores, 11649 medianos productores y 10958 grandes productores, mientras que en el cantón Mejía alberga a 4087 pequeños productores, 428 medianos productores y 734 grandes productores (Tabla 1).
Así mismo, en el Cantón Mejía los hatos ganaderos se manejan en forma semi-intensiva en las haciendas medianas y grandes y en forma extensiva en las parcelas pequeñas. En el sistema semi-intensivo el administrador proyecta la producción a abastecer constantemente a la industria láctea, por lo tanto, manejan sus hatos ganaderos con profesionales para asegurar la calidad de la leche, se preocupa por invertir en la construcción de establos y corrales, adquirir maquinaria y equipo de ordeño, poseen sistemas de riego para la producción constante de pasto y alimentan al ganado con mezclas forrajeras más alimento balanceado, el hato ganadero está constituido por animales de raza Holstein, Brown Swiss y Normando. En el sistema extensivo se realizan actividades mínimas para mejorar la producción o la calidad de la leche, el hato ganadero está constituido por animales mestizos y criollos que son pastoreados por mucho tiempo en los potreros, lo que permite que el animal seleccione el pasto para comer y esto produce un alto porcentaje de desperdicio debido al pisoteo (Alcaldía del cantón Mejía, s.f.).
El número de cabezas de ganado bovino a nivel nacional es de 4335924, en la región sierra 2129413 cabezas, en la provincia de Pichincha 252397 cabezas (INEC, 2020), y en el cantón Mejía 79542 cabezas distribuidos por parroquia y por categoría de los animales como se muestra en la Tabla 2 (Agrocalidad, 2020), en la parroquia de Machachi de las 28120 cabezas de ganado bovino, 1628 cabezas corresponden a terneros menores de un año, 1327 cabezas son toretes entre uno y dos años, 972 cabezas son toros mayores a 2 años, 3980 cabezas son terneras menores a un año, 5807 cabezas son vaconas entre uno y dos años y 14406 son vacas mayores a 2 años.
Esto denota las grandes diferencias existentes en el sector rural, el cual se caracteriza por tener una estructura productiva y social altamente heterogénea, donde se puede encontrar desde un sector altamente capitalizado hasta un amplio sector proletarizado (Alcaldía del cantón Mejía, s.f.).
Sin embargo, esta heterogeneidad crea oportunidades para apuntar al gran número de productores que tienen el mayor impacto (Poore y Nemecek, 2018). Uno de los objetivos fundamentales de la sociedad es el desarrollo humano, entendido como calidad de vida, la cual permite acercarse a la consecución del Buen Vivir. No se puede pensar en el Buen Vivir cuando hay que pensar en cómo vivir, e inclusive en cómo sobrevivir, pues la gran mayoría de los ganaderos, aproximadamente 1345 ganaderos son catalogados como pequeños productores, y deben lidiar por cubrir sus necesidades básicas, es decir están imposibilitados o tienen serias dificultades para acceder a los mecanismos de desarrollo personal y colectivo (Alcaldía del cantón Mejía, s.f.), y apenas 81 ganaderos catalogados como medianos productores y 91 ganaderos catalogados como grandes productores tienen la capacidad adquisitiva para invertir.
Se reconoce que la ganadería de leche genera múltiples impactos en los modos de vida rural sobre todo en el bienestar y la salud humana (Flaten, 2002). El bienestar humano se expresa mediante conceptos transaccionales que producen una valoración monetaria ( Spangenberg y Settele, 2010). La salud es la capacidad de lograr estados de bienestar físico, mental y social (Organización Mundial de la Salud [OMS], 1946), la ganadería de leche pueden provocar riesgos en la salud humana a través de la contaminación del suelo, el aire y el agua, así como al aumentar la exposición a enfermedades zoonóticas,patógenos y exacerbar el riesgo de resistencia a los antimicrobianos (Wing y Wolf, 2000 ). Sin embargo favorece en la nutrición de la población, pues el consumo de leche, mantequilla y queso, proporciona un beneficio para la salud debido a que contienen aminoácidos, vitaminas, minerales y grasas (Dehghan et al., 2018).
La ganadería de leche es una actividad que contribuye a mejorar la calidad de vida de la población rural, al proporcionar no sólo alimentos sino también otros productos, fuerza de tiro y seguridad financiera. Lo que genera oportunidades para aumentar el bienestar de al menos parte de los casi 1517 ganaderos cuyos medios de vida dependen de esta actividad.
Schalock y Verdugo, (2007, en prensa) definían la calidad de vida de un individuo como un estado deseado de bienestar personal, por ejemplo, si la persona considera que sus necesidades básicas están cubiertas y que cuentan con las mismas oportunidades que los demás, para alcanzar sus metas, considerará que goza de una excelente calidad de vida.
La calidad de vida se puede medir a través de ocho dimensiones propuestas por Schalock y Verdugo y que están influenciadas por factores tanto personales como ambientales. Estas dimensiones son iguales para todas las personas, pero pueden variar individualmente en la importancia y valor que se les atribuye.
Estas dimensiones son:
- Bienestar emocional (BE). Hace referencia a sentirse tranquilo y seguro.
- Relaciones interpersonales (RI). Relacionarse con distintas personas, familiares y amigos, llevarse bien con la gente.
- Relaciones Sociales (RS). Tener contactos sociales positivos y gratificantes.
- Bienestar material (BM). Tener suficiente dinero para comprar lo que se necesita y se desea tener, tener una vivienda y lugar de trabajo adecuado.
- Desarrollo personal (DP). Se refiere a la posibilidad de aprender distintas cosas, tener conocimientos y realizarse personalmente.
- Bienestar físico (BF). Tener buena salud, sentirse en buena forma física, tener hábitos de alimentación saludables.
- Autodeterminación (AU). Decidir por sí mismo y tener oportunidad de elegir las cosas que quiere, cómo quiere que sea su vida, su trabajo, su tiempo libre, el lugar donde vive, las personas con las que está.
- Inclusión social (IS). Ir a lugares de la ciudad o del barrio donde van otras personas y participar en sus actividades como uno más. Sentirse miembro de la sociedad, sentirse integrado, contar con el apoyo de otras personas.
- Derechos (DE). Ser considerado igual que el resto de la gente, que le traten igual, que respeten su forma de ser, opiniones, deseos, intimidad, derechos (Verdugo, et al. 2007).
Conclusión general
La actividad ganadera y la tecnificación en la producción, tiene una influencia significativa en el aprovechamiento y manejo de las tierras y por tanto un papel fundamental en la transformación del paisaje. La dinámica de cambio de la actividad ganadera parte de un sistema de producción extensivo a principios del siglo pasado produjo cambios de bajo impacto. Por otro lado, un sistema de producción intensivo, basándose en el máximo aprovechamiento de los recursos propios de la explotación, fomentada por los ganaderos, profesionales, con nuevas tecnologías transforma la producción ganadera en forma acelerada, y se correlaciona directamente con la transformación del paisaje con alto impacto.
La ganadería especializada en producción de leche, requiere de modernas instalaciones y equipos debido a la concentración de ganado en espacios reducidos. Además, el crecimiento de la parte urbana de la ciudad de Quito, hacia los valles que están a su alrededor entre los cuales se encuentra el valle de Machachi, genera el incremento del valor del suelo, y también en el uso del suelo, por lo que también implica que la actividad inmobiliaria compite con la ganadería, esto provoca una exigencia en mejorar los sistemas de producción lo que se correlaciona con una acelerada transformación del paisaje cultural.
Por otro lado, los cambios en la actividad ganadera, ha provocado una transformación en la vida de los habitantes del lugar que es altamente positiva desde una perspectiva económica, social y cultural, pues se incrementó la rentabilidad y con ello mejoró la calidad de vida de sus habitantes.
Desde la mirada medioambiental y paisajística con la expansión de la frontera agrícola ha descendido considerablemente la superficie de los páramos, bosques y chaparrales a favor de los pastos mejorados e infraestructura para la ganadería de leche y un retroceso superficial de pastos naturales, pérdida de agua y biodiversidad.
Dicha transformación en los sistemas de producción es de vital importancia para dinamizar la economía de las unidades de producción y por ende del valle de Machachi, sin embargo, la búsqueda de estrategias sostenibles que garanticen la conservación del agua, suelo, biodiversidad y la calidad de vida de las personas y de los animales a través de alternativas como la ganadería sostenible, silvopastoril o ganadería climáticamente inteligente marcan el futuro de esta actividad.
Autor: Caiza de la Cueva Francisco, Ph.D.
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